rehabilitación y kine

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viernes, 13 de junio de 2014

Dolor Lumbar

Lumbago y lumbalgia son sinónimos, significan nada más que dolor en la región lumbar, que puede o no irradiarse al dorso y a los glúteos. Puede tener un sinnúmero de causas y por lo mismo, también se conoce como “Síndrome de dolor lumbar”.

El dolor lumbar es una condición muy frecuente, afecta a hombres y mujeres en plena edad productiva laboral. Es la segunda causa de consulta médica, superada sólo por las enfermedades respiratorias y cerca de un 80% de la población lo padece al menos una vez después de los 25 años. Afortunadamente la mayoría tiene un curso benigno y se resuelve con poca o ningún tipo de intervención. Aproximadamente el 60 % de pacientes que sufren dolor lumbar se recuperan en una semana, el 90 % en 6 semanas y solamente 1.2 % quedan minusválidas a 1 año.

Causas: El dolor puede provenir de la columna vertebral  (intrínsecas) o ser una manifestación de la afección en otros órganos o sistemas (extrínsecas). 
Lumbalgias intrínsecas: 
1)      Deformidades:  Escoliosis, Cifosis, Hiperlordosis, espondilolistesis
2)      Traumatismos: Fracturas, contusiones, esguinces, espondilolisis 3) Degenerativas: Canal lumbar estrecho, artrosis, discopatía degenerativa.
4)      Afecciones reumáticas: Espondilitis anquilosante, artritis reumatoide.
5)      Infecciosas: Brucelosis, espondilitis inespecíficas.
6)      Tumorales: Primarias, secundarias (matástasis).
Lumbalgias Extrínsecas:
1)      Urológicas.
2)      Ginecológicas.
3)      Gastroenterológicas.
4)      Tumores retroperitoneales.
5)      Peritoneales.
6)      Otras.

Clasificación: Según el tiempo de evolución del dolor:
1)      Lumbago Agudo: duración menor a 6 semanas.
2)      Lumbago Subagudo: entre 6 semanas y 3 meses.
3)      Lumbago Crónico: duración superior a 3 meses.

Factores desencadenantes: 
  Antecedentes personales: patología de columna previa, enfermedades congénitas, deformidades previas, cáncer y su tratamiento. Patología psiquiátrica.
  Hábitos: tabaquismo, sedentarismo, obesidad y práctica permanente de deporte sin debida preparación.
  Trabajo: ergonomía, factores de descontento o conflicto. 
  Antecedentes familiares: patología congénita y tumores.


Cuadro Clínico: Dolor en la zona lumbar, desaparición de la curva lumbar fisiológica, contractura de los músculos de la zona, disminución de la movilidad al inclinarse en sentido anteroposterior o lateralmente.

Diagnóstico: Es multifactorial y fundamentalmente clínico, vale decir, se deben tomar en cuenta todos los factores de riesgo antes mencionados, sumado a los síntomas.
NO existe relación clínico-imagenológica, es decir, los síntomas pueden estar presentes con o sin alteraciones apreciables en radiografías.
Se deben reconocer los patrones de alarma, que obligan a pensar en etiologías de mayor gravedad como: dolor en reposo y/o nocturno, baja de peso sin causa aparente, rigidez matinal, dolor agudo persistente (resistente a tratamiento calmante), dolor en múltiples segmentos de la columna, déficit neurológico (trastornos esfinterianos, alteraciones de la sensibilidad superficial), fiebre y  edades extremas de la vida.

Tratamiento:
Manejo farmacológico:
       Aintiinflamatorios no esteroidales (AINE): son  los medicamentos más frecuentemente recetado a nivel mundial. Los AINE son más eficaces que los analgésicos simples y otras drogas en el manejo del dolor lumbar agudo a corto plazo. Además, ningún tipo específico de AINE sería evidentemente mejor que otro. 
       Relajantes Musculares: su uso es controversial, principalmente debido a sus efectos secundarios (sedación, somnolencia, dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas y vómito) Sin embargo, han mostrado ser eficaces en el dolor lumbar agudo inespecífico.
Manejo no farmacológico:
       Reposo: Es controversial,  es recomendable sólo en la etapa aguda y no debe superar los 2-3 días ya que si se prolonga se torna negativo al favorecer la atrofia muscular y la pérdida de masa ósea. Sin embargo hay posiciones de reposo que pueden ayudar a disminuir los síntomas agudos.
       Fisioterapia: Elementos como calor local o corrientes analgésicas (TENS) podrían tener beneficio en etapas agudas, pero sin duda lo que mejor evidencia ha demostrado son los ejercicios de estiramiento y estabilización para la columna vertebral.
       La masoterapia puede ser efectiva en el caso de contractura aguda de los músculos vertebrales.

Prevención:
Cabe recordar que la mayoría de los casos se resuelven con poca o nula intervención, por lo que la prevención es el mejor “tratamiento” y resulta fundamental.
Algunos consejos para evitar los lumbagos son:
·         Utilizar un colchón firme para dormir y hacerlo de espaldas con las rodillas flectadas.
·         Al agacharse flectar las rodillas, sobre todo al levantar algún objeto pesado.
·         Evitar mantener una misma posición durante largos períodos de tiempo.
·         Practicar ejercicio físico regularmente y mantener un estado mental saludable.



Importancia de la Kinesiterapia:
Como complemento a la rehabilitación, la kinesiología es fundamental en el ámbito preventivo, ya que proporciona herramientas como: la prescripción del tipo de ejercicio específico para determinado propósito, por ejemplo la estabilización espinal y estiramientos; además, mediante el estudio ergonómico y adaptación de puestos de trabajo y espacios de domicilios, medidas de higiene postural y consejos basados en la biomecánica propia de la columna vertebral, puede contribuir a disminuir significativamente los riesgos de sufrir un temido lumbago.

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